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sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Guerrilla store ? ¿Pop-up store?

Hace pocos días llega a los oídos de Entretenderos un nuevo concepto: Pop-up Store. Y nos despierta enormemente la curiosidad. Ouyeah!
Aquí siempre hablamos de recuperar espacios, revitalizar lugares degradados... y conectarlos con ideas, creatividad. ¡Arriba la imaginación! Y de esto es de lo que se nutren las Pop-up store. Marketing de guerrilla.



Reinventar espacios desocupados o móviles para crear emociones, impactar y sorprender es el objetivo principal de la pop-up store. No sólo se pretende vender un producto, sino una experiencia. Se trata de un nuevo concepto de espacio comercial que permite al cliente sumergirse en el universo del creador y a éste experimentar con sus nuevos conceptos o productos. Mark Tungate los define como puntos de venta efímeros abiertos sólo durante doce meses en edificios semi-abandonados en la periferia. Pero el concepto, desde la primera tienda de este tipo que ponen en marcha los grandes almacenes Target en el 2003, ha ido adquiriendo muchos matices.
La esencia de este marketing de guerrilla es una instalación temporal (desde 24 horas hasta unas semanas) que irrumpe en la ciudad elegida y juega con el factor sorpresa. La puesta en escena es el ingrediente principal. El lugar puede ser desde una carnicería hasta un contenedor. Cuanto más sorprendente y original mejor.
 

En Europa, Comme des Garçons repite este sistema, inicialmente en Alemania. Prácticamente no transforman los espacios en los que se instalan. Mantienen la belleza del semi-abandono que tenía el negocio anterior y juegan con lo existente en el local. En Colonia, en el año 2005, instalan su guerrilla store en una antigua carnicería en la que los ganchos, que tiempo antes sostenían piezas cárnicas, sostienen hoy piezas de ropa de diseño.
En España existen alguna experiencias, principalmente en Barcelona y en Madrid, de la manos de estudios como PopUpStoreSpain. En Zaragoza, sólo conocemos una ocasión en la que esta experiencia se ha llevado a cabo, de la mano de la diseñadora Guillen Doz y la arquitecta floral Maria Aliaga; y algunos estudios que, como PisaMoreno, sabemos que tienen experiencia en ello.


Hoy en día la comunicación, la experimentación, son fundamentales para transmitir algo más allá que un simple producto. Hablamos de marketing de guerrilla, que huye de circuitos convencionales que cierran sus puertas a nuevos talentos (no os suena esto?), que potencia el factor sorpresa y alimenta la curiosidad.

Quizás el Mercado Azoque sería un espacio perfecto para este tipo de experiencias... ¿qué pensáis?